Hay momentos en la vida en los que dirias mil cosas y te callas por diversos motivos. Por no hacer daño a alguien que quieres, por no ser justo, por arrepentirte mas tarde... la respuesta se convierte en silencio. Hay momentos en los que saltarias de rabia e inpotencia, le gritarias al mundo que las cosas no son como te las esta planteando, que ya no puedes mas. Pero acabas callandote porque sientes que debes hacerlo. Te tragas todo lo que sientes, llegas a tu casa, mil lagrimas mas derramadas y a seguir fingiendo. A seguir fingiendo una relacion que no va a ninguna parte, una amiga que no se comporta como deberia o una familia que mas que familia son meros desconocidos. Es cierto que diciendo lo que piensas en el momento dejarias de fingir pero, ¿y si le duele al otro? La mejor pregunta que deberiamos plantearnos es: ¿esa otra persona cuando lo ha dicho o hecho a pensado en si nos doleria a nosotros?
Pero me toca seguir. Apechugando con mi conciencia que no me deja ni respirar a veces, soportando ver cosas que me queman, soportando oir comentarios de gente que quiero que me destruyen y callandome por no querer destruirlos yo a ellos. Simplemente esperando que algun dia todos aquellos que comenzaron y continuaron haciendome caer mientras yo evitaba su dolor se paren a pensar un poco y les entre un poquito de cargo de conciencia. Mientras tanto, seguire dejandome llevar por este mundo de locos, en silencio, siempre en silencio.
domingo, 24 de febrero de 2013
Silencios...
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