jueves, 7 de febrero de 2013

Quiéreme por tonta, que no quiero ser tonta por quererte.

Bueno, pero si tampoco me había hecho muchas ilusiones, tampoco me había dado tiempo. A estado bien, ha sido bonito, lo recordaré y ya, como siempre, aquí acaba esto. Deberás estar preocupado, soy de las que me cuelgo después de haber rechazado, indecisa por naturaleza, pero sobretodo tonta, muy tonta, lo suficiente para no decir lo que siento. Tal vez sea mejor así, de raíz, que si quedan restos luego duele mucho verte, que me hables de vez en cuando, y ante todo… empezar a quererte, aunque por el momento eso no sea posible, ni por ti, ni por nadie que no sea él. Me parece tan fascinante la vida en esos momentos, e increíble, como cuando hablas de él y…. aparece. Háblame si quieres, aunque sé que no lo harás, yo, fíjate, me he vuelto una cobarde, hasta el miedo temo expresar. Esto me suena, por esto ya he vivido y no pienso pasarme otros seis años así, prefiero algo más… de usar y tirar. Y se fue… y yo me quedo aquí, rota por nada, porque en realidad no era nada, porque como siempre hice un mundo de algo que solo ocurría en mi mente. Que lo único que he conseguido son más silencios incómodos, más fracasos a coleccionar. Pero a pesar de todo me da miedo que no te vayas enseguida, que te quedes, porque sinceramente en mi vida ya no a sitio para nadie más, o mejor dicho, en mi mente. Podría haberte hecho un hueco ¡yo encantada! Pero ya ves, la vida te da cosas para más tarde quitártelas, por eso lo mejor es no hacerse ilusiones, así no sufres, así no coges cariño a nadie y así nadie puede ser cualquiera. Quiero decirte también, que espero que no sea verdad, espero que no pienses que he jugado contigo, que te he utilizado, porque lo que decía lo dije de verdad y ojalá las cosas hubiesen sido de otra manera pero te has topado con las persona menos indicada, lo siento.

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