Aun te recuerdo, ¿sabes? Joder si lo hago.
Parece que en los malos momentos tu recuerdo se hace más intenso. Supongo que será porque entonces era cuando más estabas. Recuerdo nuestras noches en vela, nuestros silencios a gritos, nuestras miradas. Recuerdo cuando te decía que gracias por quedarte ahí hasta que me durmiese en mis malas noches y tú me decías que querías asegurarte de que estaba bien. Dios, eso es lo que me hizo tan adicta a ti, siempre me hiciste creer que te importaba lo suficiente como para no irte. No te imaginas lo que hubiese dado porque no te fueras nunca.
¿Recuerdas tú todas esas veces que te decía que te fueses por ahí y me decías que no te irías nunca? ¿Dónde está ese nunca?
No sabes lo mucho que echo de menos tu: "hola, preciosa", que hacía que hasta me lo creyese, de cada noche o el: "¿ya en casa?" para asegurarte de que todo iba bien al volver de clase. Cuando me preguntabas que era lo que me hacía tanto daño... ¿Sabes? Ya nadie me lo ha vuelto a preguntar ni mucho menos se han quedado esperando hasta que respondiese.
Echo de menos hasta esas preguntas estúpidas que me decías cuando querías que yo desconectase. Cogías y me decías: ¿en qué pensaba el que empezó a estudiar las matemáticas, el que empezó a crearlas? Y, simplemente, nos poníamos a divagar y a decir idioteces y, aunque fuesen eso, idioteces, nos hacían evadirnos de todo, del resto del mundo, y empezar a sonreír como tontos.
Si tuviese que elegir que alguien volviese, serías tú, porque no me fallaste ni cuando te ibas, aunque te fuiste.
Te echo de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario